Exposición de escultura    7 febrero • 7 marzo 2019
Comisariado Eloy Martínez de la Pera
Génesis [ 1.3 – 5 ]

Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!»
Y la luz llegó a existir.
Dios consideró que la luz era buena
y la separó de las tinieblas.
A la luz la llamó «día»,
y a las tinieblas, «noche».
Y vino la noche, y llegó la mañana:
ése fue el primer día.

Esa mañana fue Su primer día creativo. Esa luz, el resultado del proceso de Su Creación.

Hoy, es su primer día creativo. Esta exposición, el resultado de un proceso que se inició hace 12 años cuando sintió la presencia de su primer ‘Ángel’ prisionero en un bello leño de nogal. Liberado para transcender.

Trascender puede que sea uno de los principales deseos de todos aquellos que entregan su vida a la creación. Trascender, difundirse, penetrar en la sociedad, superar fronteras, ser hoy pero también mañana. Casi una utopía que hace de verdades íntimas grandes dogmas sensibles. Transcendencia como término básico de la experiencia mística, como búsqueda, como comunicación con el más allá́, como unidad del ser humano con lo sagrado. 

Esta exposición de Pablo Redondo Díez nos traslada a la dimensión mística en el arte. Sus piezas recogen el concepto romántico de lo sublime, desarrollado por Edmund Burke y Emmanuel Kant, y la experiencia artística para ver cómo se unen con la energía espiritual, la dimensión psicológica o la metafísica o cualquier otra denominación que en cada caso se quiera dar, pero que consigue producir en el espectador la sensación de infinito, de eternidad y de misterio ante el lado más oscuro y desconocido de la naturaleza y de la mente humana.

El arte, desde su aparición en los orígenes de la humanidad, sigue siendo una expresión de nuestras aspiraciones y temores, pues nos conecta con lo que está más allá́ de nosotros, fuera de nuestros limites. La idea de lo trascendente, que esconde una doble y antagónica faceta de miedo y atracción, no ha desaparecido y continúa como una característica inherente al ser humano. Lo mágico, lo desconocido, lo asombroso, lo inabarcable o lo inexplicable continúan siempre presentes en la vida a pesar de las numerosas filosofías, creencias o teorías científicas que han intentado desentrañarla.

Resulta evidente que en el terreno del arte contemporáneo algunos conceptos como lo sagrado, lo espiritual, lo religioso e incluso lo místico están reapareciendo en los últimos años como fuertes corrientes artísticas más allá́ de una aproximación puramente formal o superficial. Se trata de considerar la practica artística misma como una experiencia espiritual, de cierta manera de vivir religiosamente sin admitirlo: la obra de arte como sustituto de lo sagrado.

El historiador del arte norteamericano Bernard Berenson define claramente esta cualidad del arte cuando señala que “el momento estético es un momento de visión mística; es ese instante fugaz, tan breve que casi no tiene tiempo, en el que el espectador se encuentra en unidad con la obra de arte (…) deja de ser su propio yo ordinario y el cuadro, paisaje, estatua, edificio o realidad estética ya no se encuentra fuera de él mismo. Ambos se convierten en una entidad; tiempo y espacio son abolidos y el espectador es poseído por un reconocimiento”.

Esta exposición refleja este retorno de lo espiritual en la esfera del arte actual, de un profundo proceso de resacralización de la experiencia estética entre muchos artistas contemporáneos. Desde un enfoque completamente aconfesional, más allá́ de religiones, dogmas y creencias, esta “nueva sensibilidad espiritual», como se la ha llegado a denominar, es una clave esencial para entender el arte de nuestro tiempo, el arte de Pablo Redondo Díez, y la luz que emana cada una de las piezas que conforman este ‘su’ primer día de creación.

Eloy Martínez de la Pera