Odnoder
Soy Pablo Redondo Díez y desarrollo una obra escultórica en paralelo a mi labor como arquitecto. Como arquitecto soy parte de arquipablos, el estudio al que pertenezco. Y como escultor soy Odnoder, que es Redondo al revés. Mi trabajo sobre madera, de inspiración orgánica y natural, anhela la máxima expresividad con el mínimo gesto.
Mi proceso creador sigue un sutil dialogo entre la inspiración y la naturaleza del material de trabajo.
Cada madera tiene una estructura celular diferente, y cada pieza una disposición de nudos y vetas única. Algunas maderas entregan gran libertad para ser talladas. Otras exigen no apartarse apenas del modo de crecimiento del árbol del que provienen. Algunas formas esbeltas necesitan de una madera aceitosa, como la teka de Birmania. Otras piden la expresividad de las vetas del olivo, la textura en forma de rombos de una encina, o el color del limoncillo, el palo rojo o el ipe.
Muchos momentos de inspiración me vienen en plena naturaleza, paseando en solitario por la montaña. Algunos troncos que encuentro por el camino me sugieren una forma determinada. En otras ocasiones la forma la tengo imaginada, en espera de un trozo de madera capaz de albergarla.
En ambos casos, cuando empiezo a tallar un trozo de madera, la forma que tengo en mi cabeza se ve alterada por la estructura interior de la pieza, invisible desde fuera. La madera me pide y yo voy modificando toda idea previa para adaptarme a ella.
Mientras tallo me gusta pensar que algo similar ocurre cuando una persona te atrae y la empiezas a conocer. Su apariencia exterior es lo primero que te inspira, pero su presencia se modifica al ir descubriendo los misterios de su interior.