IMPERFECTO. Una senda incierta
Marvin Liberman
Del 5 de septiembre al 4 de octubre de 2019
No veo por qué debería perseguir un ideal de perfección en un mundo imperfecto. Comprender esto ha sido una liberación, pero también me ha abierto acceso a una forma de empatía que me permite entrever el sufrimiento y otras experiencias traumáticas.
Marvin Liberman
La carrera artística de Marvin Liberman revela dos periodos diferentes. Mientras que en el primero se dedicó a la escultura y al dibujo, ambos figurativos, en el más reciente su trabajo es abstracto y se centra en un lenguaje expresivo más primitivo. Nacido en EEUU, desde 2006 el artista reside en Madrid, luego de vivir en La Paz, Bolivia, donde el encuentro con los tejidos andinos lo cautivó y lo condujo a elegir el textil como material de trabajo.
“IMPERFECTO. Una senda incierta” es una exposición de obras abstractas de Marvin Liberman. Su trabajo comprende formas y métodos que tienen como hilo conductor la naturaleza de la imperfección y lo trágico.
A pesar de su carácter no figurativo, las obras emanan un pálpito de vida. Son íntimas, irregulares y a menudo conmovedoras.
Las obras escultóricas están compuestas por ramas de árboles que delicadamente incorporan en su composición formas de una gasa (tarlatana). Al textil se aplica color, algo que refleja la formación como pintor de Liberman y nos recuerda su trabajo pasado en pastel de gran formato. Los materiales son simples y las imágenes enigmáticas, inquietantes.
En sus dibujos los senderos se bifurcan. A lápiz y grafito, a veces con color, exploran un equilibrio precario que refleja las efímeras (o duraderas) relaciones que establecemos entre nosotros o los trasfondos inestables que nos acompañan.
Son imágenes que no cuentan una historia, no describen nada. Simplemente exploran el sentido, usando como herramienta el lenguaje de la abstracción y el inconsciente.
Imperfecto una senda incierta
Al elegir lo imperfecto como hoja de ruta para mi manera de trabajar, opto por liberarme de los supuestos que nos someten cuando vamos en busca de ideales. Lo imperfecto es una admisión de mis límites, pero también un portal que me permite entrar en un mundo desconocido.
Trabajo intencionalmente sin saber a dónde me dirijo. Escojo ‘no conocer’ la dirección y más bien la encuentro en el camino. Esta “ceguera” me permite errar en el inconsciente y entrar en contacto, a través de la empatía, con la realidad de otros.
Estas obras, en un sentido, constituyen sencillamente quien soy, mientras, a la vez, se transforman en entes libres, con voz propia y una vida palpable.
En el fondo, mi trabajo busca empapar la forma con un contenido evocador que nos lleve a la reflexión.
Experiencia de lo Imperfecto
Los años y la experiencia me han convencido de que lo imperfecto, en el trabajo y en la vida, está más cerca de la realidad que nos circunda. No veo por qué debería perseguir un ideal de perfección en un mundo imperfecto. Comprender esto ha sido una liberación, pero también me ha abierto acceso a una forma de empatía que me permite entrever el sufrimiento y otras experiencias traumáticas.
Mi trabajo pertenece a un ámbito primitivo o básico. No demanda tanto de talento para una articulación detallada ni refinada. No tengo el deseo o la necesidad de demostrar mis dones como prueba de que he pagado mi derecho de piso.
Además, no busco conscientemente la belleza, solo algo que encarne sentido. He llegado a la conclusión de que algunos artistas necesitamos comentar, desvelar y enfrentar el peso de lo real en el mundo actual, y comunicarlo de manera accesible a los demás, por lo menos a un nivel intuitivo.
A veces en mi obra se siente una presencia inquietante o el encuentro de fuerzas contrapuestas. Será tal vez porque vivimos en tiempos de discordia.
Murmullo
El descubrimiento casual de una gasa simple llamada tarlatana y un ensayo que hice con ella me abrieron la puerta a todo mi trabajo reciente. La tela es rala, frágil en su uso, pero impresionantemente maleable. Y esta fragilidad e inconsistencia se volvió el material de esta serie que empezó con una idea… la de ‘un manto de cicatrices’… una capa o piel que recubre el cuerpo y que carga la historia de los traumas vividos. Estos ‘cuerpos’ translúcidos que iban surgiendo intuitivamente, me permitieron dejar atrás la figura y me revelaron una senda donde lo importante es la presencia y no su configuración.
Discordia
El momento crítico y esclarecedor en la evolución de estas obras perturbadoras fue Discordia 9, que comenzó como una pareja conjunta. Mi intuición me decía que no, que debía separar las formas, cada una como una entidad independiente, sola y alejada precariamente de la pared. La incertidumbre fue y es esencial a la obra. Luego, en Discordia 10, la presencia silenciosa de una forma –encerrada en sí misma– con prolongaciones afiladas en uno de sus lados, ahonda la conexión con lo que entonces y ahora me preocupa: la desintegración de comunidades y las heridas en el tejido social.
Cántaro
Me encontraba haciendo estructuras con ramas que cercaban y atrapaban lo que podría estar en su interior relacionadas con la conciencia de la tragedia global. Como estaban hechas solo de ramas, lo que contenían no me quedaba del todo claro. Luego, gracias al comentario de un amigo, me di cuenta de que les faltaba la presencia de ‘algo’ vivo y pensé en formas sutiles de gasa. Con Cántaro 1, comencé a colocar una forma recostada ‘dentro’, sostenida por ramas, y al hacerlo, se abrió una senda para explorar la relación entre una estructura primitiva y lo que esta podría contener.
Dibujos
Hago uso de materiales muy básicos: solo lápices de grafito blando y gomas de borrar, a veces aplico un color sutil. Comencé a dibujar pensando en que las líneas y marcas fueron nuestros primeros descubrimientos de un lenguaje visual. Este fue también mi propio comienzo: cada línea, cada marca, palpitaba con vida propia, independiente de la mano que la había dibujado. Son una serie de imágenes que no cuentan una historia ni describen nada, sino que evolucionan hacia una especie de subconsciente, una experiencia anterior a lo verbal que se plasma en la página.