Siendo mi origen de una cultura milenaria, sigo comprendiendo y aprendiendo de las culturas de otras tierras. Ojeo continuamente el ancestro de mi pasado como una forma de percibir mi propia existencia actual, y proyectar mis reflexiones en mis próximas  expresiones de obras.

En mi trabajo esta necesidad de aprender, conocer, crear, toma la forma de “juegos”. Pienso en ellos como expresiones libres de mi pensamiento y al mismo tiempo actos conscientes de compromiso con el mundo multicultural que vivo. “Juegos rituales”, donde puedo integrar mis pensamientos de Oriente y Occidente, cuerpo y alma conectada mediante una ceremonia de luz, como un elemento real y virtual, que se trata de “mi yo meditado”, en una identidad física del objeto contemplado y la conexión mental con el mundo interior.

Mi proceso creativo se desarrolla de esta manera, a través de una introspección de los ideales en los que la forma positiva y el vacío negativo entran en el juego del escenario en el que mantiene un diálogo.